San Pedro de Macorís enciende su fiesta del libro


La VIII Feria “100 Libros para San Pedro” abre paso a cinco días de letras

San Pedro de Macorís vuelve a ponerse en modo literario. Desde este martes 18, aun sin el acto inaugural, la ciudad comenzará a sentir el movimiento de autores, talleres y charlas que marcarán la VIII Feria Internacional del Libro “100 Libros para San Pedro 2025”. La inauguración oficial será el miércoles 19, pero la actividad empieza antes, casi como un aviso: la palabra escrita vuelve a tomar las calles.

La feria, que se extenderá hasta el día 22, está dedicada este año a Porfirio Peña Cepeda, gestor cultural, abogado y escritor petromacorisano. Su obra, que incluye títulos como Traslucir sobre la Familia y Crianza, ha dejado huella en la vida intelectual de la ciudad. El homenaje busca reconocer su aporte a la cultura local, pero también subrayar el valor de quienes han sostenido durante décadas la identidad literaria de San Pedro.

El cartel de invitados confirma la ambición de esta edición. Un centenar de escritores llegará desde Argentina, México, Colombia, Puerto Rico, Estados Unidos, España, Uruguay y Guayana Francesa, junto a una sólida representación dominicana. Como ya es tradición, cada autor y librero donará ejemplares para enriquecer las bibliotecas y espacios culturales de la provincia. La costumbre se ha convertido en sello de la feria y en un gesto que la ciudad espera cada año.

Aurelia Castillo, presidenta del comité organizador, resume el espíritu del evento con una frase sencilla: “No es solo una feria, es una travesía literaria”. Su visión apunta a algo más amplio que un calendario de actividades. Busca renovar la relación entre lectores, instituciones y creadores, y recordar que la literatura sigue siendo un punto de encuentro para la comunidad.

Castillo insiste en que esta edición rinde homenaje tanto a los autores locales como a los grandes nombres de la literatura universal, y que lo hace desde un territorio con una identidad cultural poderosa.

El equipo organizador lo completan Porfirio Peña como vicepresidente, Juan Galván como director ejecutivo y Dania Victoria Figueroa como secretaria ejecutiva. Para ellos, esta octava edición quiere devolver a San Pedro su papel de “Sultana del Este”, un lugar donde la creatividad encuentra público y memoria. La ciudad, conocida por su tradición literaria, recupera con este evento un espacio que fortalece su legado.

La feria tendrá también un momento de recogimiento. Se recordará a Eridania Reinoso y a su hijo, Alexander Alemán, fallecidos recientemente en un trágico ahogamiento en Baní. La familia tenía previsto presentar un libro durante el evento. Ahora el lanzamiento se transformará en homenaje, según adelantaron los organizadores.

  • Durante cinco días, el programa incluirá presentaciones de libros, conferencias, talleres, encuentros literarios y lecturas públicas. La idea es que las actividades alcancen a estudiantes, docentes, escritores, familias y curiosos que pasan por primera vez por un evento de este tipo. Los organizadores quieren que la feria sea un punto común para todos los públicos, sin importar si llegan por vocación o por simple curiosidad.

Castillo, poeta, narradora, educadora y psicóloga, es también la primera mujer en publicar una enciclopedia en la República Dominicana. Egresada de la Universidad Nacional Evangélica y con una maestría en Educación Superior por la UCE, su figura se ha convertido en referencia dentro del circuito literario local. Su liderazgo ha permitido que el evento crezca cada año y sume instituciones clave.

Detrás del proyecto está una red amplia de apoyo. Entre las entidades que respaldan la feria figuran la Coalición Cultural y Literaria, el Comité Permanente de la Feria del Libro de San Pedro de Macorís, la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, la Unión de Escritores Dominicanos y la Fundación Espacios Culturales. A ellos se suman los talleres literarios Víctor Villegas, Ludín, Carmen Natalia, Pedro Mir y René del Risco Bermúdez, así como fundaciones, colectivos culturales y organizaciones comunitarias.

La lista de colaboradores es extensa y habla del deseo de la ciudad de mantener viva su vocación literaria. Tele Santo Domingo, Mujeres Roca y Tinta, la Feria Internacional del Libro Lacuhe, el Círculo de Escritores Llaneros “Georgilio Mella Chavier”, EMEK y EVE TV también forman parte del esfuerzo conjunto. Para Castillo, este entramado institucional es el pilar del evento: “Cada libro donado y cada encuentro con lectores siembra una semilla para las generaciones que vienen”.

Un legado que se reconoce

San Pedro de Macorís no necesita recordar demasiado para validar su lugar en el mapa cultural del país. Su historia está marcada por figuras que definieron la literatura dominicana. El Poeta Nacional, Pedro Mir, dejó una obra que todavía resuena, con Hay un país en el mundo como referencia obligada. René del Risco Bermúdez dio forma a una narrativa urbana y afilada con El viento frío,

En el barrio no hay banderas y Ahora que vuelvo, Ton. A ellos se suman Norberto James Rawlings, Freddy Gatón Arce, Carmen Natalia Martínez Bonilla, Víctor Villegas, Ligio Vizardi y América Bermúdez, entre otros nombres que llenan la memoria colectiva.

Ese legado literario se construyó sobre una base cultural singular. A finales del siglo XIX y principios del XX, la llegada de inmigrantes de las Antillas británicas —los cocolos— transformó la vida de la ciudad. Sus tradiciones, sus ritmos y sus ceremonias comunitarias se integraron con naturalidad al paisaje local. La danza Guloya, heredera del Junkanoo, es hoy Patrimonio Cultural de la Humanidad, una insignia que San Pedro conserva con orgullo.

El béisbol también forma parte esencial de su identidad. La ciudad es conocida como la “capital del béisbol” dominicano, un título ganado gracias a una larga tradición de jugadores formados en sus barrios desde principios del siglo XX. Para muchas familias, el deporte ha sido un camino de ascenso social y una forma de pertenencia.

A todo esto se suma su historia industrial ligada al azúcar y al puerto. Ese pasado dejó huellas visibles: casas victorianas, iglesias anglicanas, edificios republicanos, estructuras ferroviarias y portuarias. Su arquitectura es un archivo vivo de un tiempo de prosperidad y movimiento cultural intenso.

Con esta nueva edición de “100 Libros para San Pedro”, la ciudad busca celebrar todo ese patrimonio. Y lo hace desde la literatura, que aquí no es solo un oficio, sino una manera de reafirmar quiénes son y hacia dónde quieren ir. La invitación está hecha. San Pedro abre sus puertas y vuelve a latir en torno al libro.



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