El creador de La Gran Manzana falleció este lunes tras luchar contra el cáncer.
La música dominicana amanece de luto. Este lunes 3 de noviembre, a las 7:35 de la mañana, murió Henry Rafael Hierro Fernández, conocido en todo el país como Henry Hierro, uno de los grandes pilares del merengue contemporáneo. Tenía 73 años y una vida entera dedicada a la música.
La noticia fue confirmada por su hermano, el también músico Willie Hierro, quien informó que el artista perdió la batalla contra el cáncer después de meses de lucha. Su partida deja un vacío enorme en el corazón del merengue, ese ritmo que ayudó a reinventar y a llevar más allá de las fronteras dominicanas.
Henry Hierro no solo fue pianista y compositor, sino también un arreglista brillante. Fue el fundador y cerebro de La Gran Manzana, banda emblemática de los años 80 que marcó una época con temas como Sus besos, Mentirosa, Rosa blanca y Cuando llegará. Su estilo combinaba elegancia musical con energía popular, un sello que lo convirtió en referencia obligada para generaciones posteriores.
A lo largo de su carrera, trabajó como productor y arreglista para artistas de peso: Rubby Pérez, Los Toros Band, Héctor Acosta “El Torito”, Los Hermanos Rosario, Jackeline Estévez, Raffy Matías y Benny Sadel, entre muchos otros. Su nombre aparece en los créditos de decenas de éxitos que dieron forma al sonido del merengue moderno.
Pero más allá de los escenarios, quienes lo conocieron coinciden en algo: su humildad. Henry era un músico de conservatorio con alma de barrio. Sabía escuchar, enseñar y compartir sin reservas. Fue mentor y guía para jóvenes talentos que hoy llenan tarimas gracias a su influencia.
Su historia comenzó en los años 60, cuando tocaba batería y percusión en una banda de rock y “Nueva Ola” llamada Los vagos del parque. Luego, de la mano de su hermano Willie, se adentró en el merengue. El cambio fue decisivo. Su formación técnica y su intuición musical se fusionaron para dar forma a un estilo más sofisticado, sin perder el sabor caribeño que hacía bailar a todos.
En los años 80, con La Gran Manzana, Henry Hierro redefinió el merengue: más arreglos, más precisión, más fusión. Su enfoque técnico y creativo lo hizo destacar como “El Hombre de Hierro”, un apodo que hablaba tanto de su apellido como de su carácter firme y disciplinado.
Henry falleció en su ciudad natal, San Francisco de Macorís, acompañado por su familia. Su música, sin embargo, seguirá viva. Porque el merengue que él moldeó sigue sonando en fiestas, emisoras y corazones.
Su legado es claro: elevó el merengue a una categoría artística sin perder su raíz popular. Fue maestro, innovador y símbolo de una época dorada. Y aunque hoy el país despide a Henry Hierro, su obra seguirá marcando el compás de la identidad dominicana por mucho tiempo más.
