RÍO DE JANEIRO (AP) — Las familias de las decenas de fallecidos en una mortal redada de la policía de Río de Janeiro contra las pandillas comenzaron a enterrar a sus muertos el jueves, mientras los residentes seguían conmocionados por las escenas de la matanza y furiosos con las fuerzas de seguridad, a quienes acusan de un uso excesivo de la fuerza, tortura y ejecuciones extrajudiciales.
En la favela de Vila Cruzeiro, donde en la víspera se alinearon los cuerpos uno al lado del otro sobre el piso, muchos expresaron su conmoción, dolor e ira mientras ministros del gobierno y legisladores acudían a escuchar las demandas de la comunidad.
Al menos 132 personas murieron durante el operativo del martes, incluyendo cuatro policías, según un recuento ofrecido por la defensoría pública de Río. La ministra de Derechos Humanos, Macaé Evaristo, dijo que la lucha contra el crimen organizado debía centrarse en quienes lo dirigen y lo financian.
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