El huracán Melissa, que actualmente atraviesa el oriente de Cuba, se degradó a categoría 3 en la escala Saffir-Simpson, luego de haber alcanzado el nivel máximo de 5 -en Jamaica-. Sin embargo, las autoridades meteorológicas advierten que sigue siendo un fenómeno peligroso, debido a los intensos vientos y las fuertes lluvias que continúa generando.
En territorio cubano residen más de 200 dominicanos, aunque, según el embajador dominicano en la isla, Jerjes Suriel, la mayoría no se encuentran en las zonas declaradas de emergencia.
«En Cuba hay una calma, pero sin dejar de haber preocupación … sobre todo en la parte oriental de la isla, la zona donde se encuentra Santiago de Cuba, Guantánamo, Sancti Spíritus, esa zona que es por las que todos los meteorólogos y el Centro Nscional de Huracanes de los Estados Unidos han proyectado, pasará Melissa», explicó Suriel a SIN.
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El diplomático informó que, desde la embajada, se han emitido recomendaciones preventivas a la comunidad dominicana, como mantenerse atentos a los boletines oficiales, evitar zonas cercanas a ríos, cañadas y costas, y tener a mano los números de emergencia.
Los dominicanos en Cuba pueden comunicarse con la Embajada a través de los teléfonos:
(53) 7204-3155 / (53) 7204-3152 / (53) 7204-3154 / (53) 5 349-6811.
Melissa se debilita, pero continúa siendo peligrosa
De acuerdo con el Instituto de Meteorología (Insmet) de Cuba, los vientos máximos sostenidos del huracán se redujeron a 185 kilómetros por hora, con rachas superiores, y una presión central de 960 hectoPascal. Su velocidad de traslación se mantiene en 19 kilómetros por hora hacia el nordeste.
Las autoridades pronostican que, en las próximas 12 a 24 horas, Melissa podría debilitarse ligeramente al interactuar con tierra, aunque seguirá siendo una amenaza significativa.
Solo entre las 3:00 y las 6:00 de la madrugada se registraron 124 milímetros de lluvia en Contramaestre, provincia de Santiago de Cuba. Los meteorólogos advierten que los acumulados podrían alcanzar hasta 450 milímetros en zonas montañosas del oriente cubano, lo que podría generar deslizamientos de tierra e inundaciones súbitas.
