EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO. – Este 29 de octubre se conmemora el natalicio de Narciso González Medina, conocido como Narcisazo, quien habría cumplido 84 años. Su esposa, Luz Altagracia Ramírez (Taty), le dedicó un mensaje cargado de emoción y recuerdo que refleja el amor que mantiene intacto tras más de tres décadas de su desaparición.
“Taty, Taty, te noto muy triste en un día como hoy. Narciso, muchas felicidades en tus 84 años. Tú tienes toda la razón, pensando en los 31 años de tu desaparición durante la Presidencia del doctor Joaquín Balaguer. Es necesario pensar en las responsabilidades de nuestra justicia en este caso”, dice el escrito de la viuda, el cual fue revelado a El Nuevo Diario.
En sus palabras, Taty mantiene vivo el diálogo (imaginario) con Narcisazo y recuerda los momentos que marcaron su ausencia: “Taty, tranquila, tú tienes muy buenas memorias. Recuérdate la primera pregunta que el presidente Balaguer te realizó el 4 de julio del 1994 en el Palacio Presidencial: ‘La Comisión de la Verdad’ y el país me estaban buscando con vida”, escribió, evocando los años de búsqueda y lucha por respuestas.
En ese diálogo, Taty recuerda que el 27 de febrero de 2012, la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró responsable al Estado dominicano por la desaparición forzada de Narcisazo, señalando que fue víctima de un crimen de Estado y ordenando la continuación del proceso penal para establecer responsabilidades.
La sentencia de la Corte reconoció las violaciones a los derechos a la libertad, integridad personal, vida y personalidad jurídica del profesor González Medina, así como las afectaciones sufridas por su esposa e hijos: Ernesto, Rhina Yokasta, Jennie Rosanna y Amaury.
Sin embargo, más de tres décadas después, la herida sigue abierta. Narcisazo fue una de las voces más valientes de su tiempo. Abogado, periodista, dramaturgo y catedrático de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), denunció lo que consideraba un fraude electoral en los comicios de 1994. Su discurso, pronunciado días antes de su desaparición, fue su último acto público.
Desde entonces, su figura trascendió la ausencia física para convertirse en símbolo de resistencia, pensamiento crítico y defensa de la democracia. Quienes lo conocieron lo describen como un hombre recto, comprometido y de profunda sensibilidad social, un intelectual que creyó en el poder de la palabra como instrumento de transformación.
Hoy, Taty le habla otra vez, con el mismo amor y la misma ternura de siempre. En ese diálogo imaginario entre la vida y la memoria, se confirma que el corazón sigue recordando y amando donde la ausencia no logra apagar los sentimientos.

Relacionado
[ad_2
