La crisis energética cubana provocará este sábado apagones generalizados por todo el país, cortes que en el momento de máxima demanda llegarán a dejar de forma simultánea al 56 % de la isla sin corriente, una de las mayores tasas registradas, informó la estatal Unión Eléctrica (UNE).
La situación, agravada desde agosto de 2024, está provocando cortes de 20 horas o más al día en extensas áreas del país. En los últimos doce meses se han registrado cinco apagones nacionales, el último este septiembre pasado.
La UNE, adscrita al Ministerio de Energía y Minas, estimó que en el momento de máxima demanda de esta jornada la capacidad máxima de generación eléctrica será de 1.544 megavatios (MW) para una demanda de 3.350 MW.
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Esto supone un déficit (la diferencia entre oferta y demanda) de 1.806 MW. La afectación estimada (lo que se desconecta previamente para evitar apagones desordenados) estaría sobre los 1.876 MW.
Actualmente, siete de las 16 unidades de producción termoeléctrica disponibles (44 %) están fuera de servicio por averías o mantenimientos. Estas centrales son responsables de en torno al 40 % del mix energético.
Además, 68 centrales de generación distribuida (motores) se encuentran fuera de servicio por falta de combustible (diésel y fueloil) y cerca de una veintena no están operativas por déficit de lubricante. Estos equipos deberían suministrar alrededor de otro 40 % del mix energético.
Averías y falta de divisas
Las centrales termoeléctricas cubanas, la columna vertebral de la generación energética nacional, están en su mayoría obsoletas, tras décadas de explotación y un déficit crónico de inversiones y mantenimiento.
Por su parte, muchos motores de generación eléctrica se encuentran fuera de servicio por la falta de divisas del país para importar combustible, lubricante o repuestos.
El programa solar gubernamental, que ha puesto en marcha 32 parques fotovoltaicos por todo el país este año, alivia el déficit eléctrico durante el día, pero no por la noche, porque no cuenta con baterías para acumular energía.
Expertos independientes señalan que la crisis energética responde a una infrafinanciación crónica de este sector, completamente en manos del Estado cubano desde el triunfo de la revolución en 1959.
El Gobierno cubano destaca por su parte el impacto de las sanciones estadounidenses en esta industria y le acusa de «asfixia energética».
Diversos cálculos independientes coinciden en estimar que el Gobierno cubano necesitaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para reflotar el sistema eléctrico, una cantidad de la que La Habana no dispone.
Los constantes apagones están paralizando la economía nacional, que se contrajo un 1,1 % en 2024 y suma en los últimos cinco ejercicios una caída acumulada del 11 %, según datos oficiales. La CEPAL también prevé que su producto interno bruto (PIB) sea negativo este año.
Los cortes atizan asimismo el descontento social en Cuba y han estado vinculados a las principales protestas registradas en los últimos años, como las masivas de julio de 2021 y las menores de los últimos meses en La Habana y Gibara.
