Rosa NG. (Foto: fuente externa)
EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- La líder comunitaria y ex representante comercial en China, Rosa NG, denunció que la comunidad china en República Dominicana vive actualmente en un clima de incertidumbre y supuesto acoso institucional, debido al cierre masivo de negocios propiedad de ciudadanos chinos.
Rosa, indicó que el cierre de negocios por entidades del Estado dominicana genera un ambiente hostil para los inversionistas de origen asiático.
En declaraciones en el programa Propuesta de la Noche, que conduce Manuel Jiménez por Teleimpacto, NG expuso que los comerciantes chinos están siendo objeto de intervenciones simultáneas por parte de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), la Dirección General de Aduanas, el Ministerio de Vivienda y Edificaciones (MIVE), Pro Consumidor, Salud Pública y la Dirección General de Migración.
“Es como si todo el gobierno estuviera encima de los negocios chinos. Lo único que falta es que nos den palo”, expresó con indignación. Criticó especialmente la práctica de cerrar locales de inmediato, sin notificación previa ni procesos administrativos que permitan subsanar posibles irregularidades.
NG aseguró que muchos de los comercios afectados tienen años de operación, cumplen con permisos municipales, y en algunos casos son incluso propietarios de los inmuebles.
“El argumento más común es la falta de un estudio de vulnerabilidad estructural, pero eso es algo que puede resolverse sin necesidad de cerrar. Aquí medio país tendría que estar clausurado si se aplicaran esos mismos criterios a todos por igual”, denunció.
Además del impacto económico, Rosa NG alertó sobre las consecuencias sociales de estas medidas. “Hay empresas con 200, 300 hasta 500 empleados. Estas personas se quedan sin ingresos, y no pueden siquiera sacar la mercancía del puerto para vender y pagar nómina. Es como si quisieran que se quiebren”, sostuvo.
NG, quien fue una de las fundadoras del Barrio Chino de Santo Domingo, recordó que esa iniciativa surgió para fortalecer el vínculo cultural y económico con la comunidad china, convirtiéndose en un espacio turístico, gastronómico y comercial.
Lamentó que hoy el mismo barrio sufra vandalismo, falta de mantenimiento y poco respaldo institucional, a lo que ahora se suma una ofensiva contra los negocios del entorno.
“Yo misma he invertido recursos y esfuerzo en recuperar espacios del barrio, porque esto no es solo un tema chino, es parte del patrimonio de la ciudad. Pero este tipo de acciones están destruyendo lo que tanto costó construir”, afirmó.
Consultada sobre el papel de la Embajada de la República Popular China, NG dijo que ha habido gestiones diplomáticas ante las instituciones dominicanas, pero que la preocupación ha crecido también entre los representantes del gobierno chino.
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