El presidente chino, Xi Jinping, se ha reunido esta mañana con el presidente del Consejo Europeo, António Costa, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para celebrar el 50º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Pekín y Bruselas.
Después, el primer ministro chino, Li Qiang, presidió la 25ª Cumbre China-Unión Europea con los líderes europeos, para abordar cuestiones comerciales, económicas y geoestratégicas.
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Las conversaciones entre los líderes de China y la Unión Europea hoy en Pekín adquieren especial relevancia por el turbulento contexto internacional y la incertidumbre económica, agitada por los aranceles estadounidenses y en el que Donald Trump mira con recelo cualquier acercamiento del bloque europeo a Pekín.
En la reunión, Von der Leyen insistió en el desequilibrio en la balanza comercial entre ambas potencias, advirtiendo a China de un punto de inflexión. Aunque suavizó su discurso de semanas atrás en las que señalaba a China como amenaza previsible e inminente para la industria europea, acusándola de competencia desleal en sectores estratégicos, como el del automóvil. En respuesta, Xi Jinping abogó por la apertura y la cooperación entre China y la Unión Europea, y subrayó que la interdependencia no es un riesgo y que la competitividad que tanto defiende Bruselas no se construye desde la ruptura de las cadenas de suministro y el autoaislamiento.
Por su parte, Costa llamó a China a intermediar con Rusia para poner fin a la guerra en Ucrania. Xi insistió en la salida dialogada al conflicto y llamó a ambas partes a apostar por la paz y el multilateralismo.
Pekín intenta cautivar a la Unión Europea con un mercado creciente y estable, además del potencial de alto desarrollo chino, que deriva en proyectos de inversión y de asociación ecológica y digital. La esperanza del Gobierno chino es que la Unión Europea permanezca abierta en el mercado comercial y de inversiones, y que no aplique herramientas comerciales y económicas restrictivas contra las empresas y productos chinos.
Una cumbre entre China y la Unión Europea que concluye con poco acuerdos concretos, a pesar de la urgente necesidad de certidumbre y cooperación en medio de las amenazas mundiales.