Juan Sully Bonnelly y sus dotes de hombre íntegro, honesto y vertical – El Nuevo Diario (República Dominicana)


EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- Este próximo 11 de octubre Juan Sully Bonnelly Batlle cumpliría 90 años de edad y tras su partida del mundo terrenal, hecho ocurrido el pasado 23 de septiembre, deja una impronta y un legado de integridad, de honestidad y verticalidad, condiciones estas que quedaron grabadas en la conciencia ciudadana y que el expresidente de la Junta Central Electoral (JCE) demostró en los servicios que brindó al país a través del ejercicio público y privado.

Inicialmente miembro de aquel pleno de la JCE que surgió de la crisis política que devenía de los muy cuestionados resultados de las elecciones de 1994 (donde se le reduce a 2 años el período presidencial del extinto Joaquín Balaguer), Bonnelly Batlle alcanza luego la presidencia del órgano comicial en 1997, tras la dimisión del entonces presidente César Estrella Sadhalá, su amigo y compueblano.

En una entrevista publicada por El Nuevo Diario el 22 de septiembre de 2020, el propio Juan Sully Bonnelly narra a este medio que lo de Estrella Sadhalá no fue propiamente una renuncia, sino que cuando este asumió la presidencia de la JCE en 1994, lo hizo a condición de que desempeñaría las funciones hasta después de las elecciones que se celebraron en 1996, donde por primera vez el Partido de la Liberación Dominicana (con Leonel Fernández como presidente electo), alcanza el poder político.

Ese compromiso con la integridad y con la democracia dominicana Bonnelly Batlle lo adquiere de la mano de su padre, Rafael Filiberto Bonnelly Fondeur, quien jugó papel protagónico tras el ajusticiamiento de Rafael Leónidas Trujillo, en ese proceso para la transición hacia la democracia y que condujo a las elecciones de 1962, comicios que dieron como resultado el triunfo de Juan Bosch, electo presidente de la República.

“Fuimos muy cercanos a nuestro padre, en ese año de situaciones trascendentales, donde se desbordaron las libertades, donde todo lo que había sucedido antes era malo y había que llevar una labor de limpieza generalizada con personas deseosos de justicia, naturalmente fue un año donde se vivieron muchas experiencias y donde sucedieron acontecimientos que han sido recogidos por la historia”, expuso Bonnelly Batlle rememorando aquella época en la que su progenitor presidió el Consejo de Estado que dirigió los destinos del país hasta llegar al proceso electoral de 1962.

Añadió que “todas las acciones que se llevaron a cabo en el gobierno de mi padre definitivamente influyeron en nuestra formación, la forma de actuar de mi papá en esa etapa, siempre sereno, sin precipitarse a tomar medidas, siempre pensando en llevar a cabo una labor en beneficio de la generalidad del pueblo, la forma que él empleó naturalmente contribuyó a nuestra forma de actuar no en situaciones similares aquellas que fueron muy difíciles, pero si en no precipitarnos en tomar medidas, pensar con detenimiento y eso sí me ayudó en las decisiones que pudiera tomar en mi ejercicio tanto como miembro, como presidente de la Junta Central Electoral en la época que me tocó formar parte de ella”.

Al evaluar en la entrevista la gestión que él presidió en la JCE, el mismo Juan Sully Bonnelly resaltaba que la armonía, el consenso y la avenencia eran aspectos muy característicos del pleno que le correspondió presidir.

“Nunca salió a la luz pública una desarmonía de esa Junta Central Electoral porque sus miembros siempre actuamos con sensatez y con respeto al pensamiento y a la forma de actuar del que no estaba de acuerdo con una medida tomada, nunca salió una disidencia porque si se presentaba esa situación se iba a reflejar naturalmente en contra de la confianza que podía tener el pueblo dominicana en las decisiones que se tomaran en cuenta”, expuso.

La gestión de Bonnelly Batlle en la JCE se destacó, entre otros logros, en dar el gran paso hacia el primer proceso de cedulación proporcionando la primera Cédula de Identidad y Electoral, que sustituía la antigua cédula (tipo librito) y que descartaba el viejo registro electoral. También se confeccionó un nuevo padrón electoral.

Hasta entonces se votaba con un documento llamado registro electoral conocido popularmente como “el azulito”, que era un simple pedazo de papel con un plástico que con aplicar calor se podía despegar y que podía hacerse con él cualquier cosa menos tenerle confianza.

Recuerda que la escogencia de quienes completaron el pleno de la JCE y su designación como presidente, obedeció a un consenso entre los dos partidos entonces antagónicos, que eran los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC), acuerdo que luego fue hecho efectivo por el Senado de la República.

En vida Juan Sully Bonnelly siempre entendió que quienes integren la JCE tienen que ser personas que tengan el reconocimiento y la validación de la sociedad como ciudadanos de conductas intachables, tanto en su vida pública y privada.

“No es posible que se acceda a la Junta Central Electoral por una vinculación partidista y que se vaya allí con la idea de que se van a resolver problemas políticos y que esa participación partidista vaya a pesar o a influir en la toma de decisiones, por eso deben ser personas ajenas al partidismo político, aunque se trate de personas de gran moralidad (que dentro de los partidos las hay)”, argumentaba el hoy extinto.

 


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