e derecha a izquierda Luis Garcia, revela al periodista Nicolas Arroyo Ramos, productor del programa de television Coctel Politico en Moca, que su cuerpo siente dolores de las torturas ocasionadas por los esbirros. (Foto: Fuente externa)
EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- Luis García, agricultor y luchador antitrujillista oriundo de Estancia Nueva, Moca, relató que 65 años después de su participación en el complot para derrocar a Rafael Leónidas Trujillo, aún conserva en su cuerpo las secuelas de las torturas sufridas en las cárceles La 40 y La Victoria.
García fue apresado junto a un grupo de jóvenes mocanos que se rebelaron contra la dictadura, en un intento por poner fin a más de tres décadas de represión.
Al participar como invitado en el programa televisión Coctel Político, a través de Moca visión canal 48, produce y conduce el licenciado Nicolás Arroyo Ramos, el reconocido combatiente sobreviviente del régimen, manifestó que el Complot para derrocar al dictador de San Cristóbal en 1960, surgió de en el corazón de jóvenes revolucionarios del país y Estancia Nueva inspirados en la Revolución Cubana de 1959 que había llevado al poder al presidente Fidel Castro Ruz.
Resaltó que familias enteras de Estancia Nueva se involucraron en esta lucha para sacar el poder al dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, con el propósito de devolverle la libertad, democracia y dignidad al pueblo dominicano que lamentablemente había arrebatado la dictadura sanguinaria de Trujillo.
Significó que en este proyecto de liberación nacional se involucraron figuras con grandes ideales libertarios de Estancia Nueva, entre las que destacó al joven seminarista Marién García, quien era su primo y único hijo de su tía, muy amigo de Rafael -Fafa- Teveras, del que recibió alguna influencia al igual que de algunos sectores liberales de la iglesia católica.
Dijo que Marien era el único hijo en su familia, muy acomodado por gran la cantidad de tierra que tenían, por lo que en lo personal vivía bien y no necesitaba nada, pero que se involucró en el complot de para derrocar a Rafael Leónides Trujillo consciente de que lo hacía como un deber patriótico.
Cuando le preguntamos si después de tanto tiempo transcurrido, entiende que valió la pena, nos dijo sin titubeo que sí, porque nada es mejor que la libertad y la democracia que puede tener un pueblo y en nuestro país vivíamos en una dictadura que nada respetaba las libertades públicas y la dignidad humana.
Manifestó que personalmente siente satisfacción de lo que hizo para que nuestra República Dominicana tuviera hoy libertades públicas y democracia, pese a que sabe que muchos gobiernos transcurridos en el tiempo debieron hacer más para mejorar la calidad de vida de la población.
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